Inversión en tecnología, clave para competir en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá 

La inversión pública y privada en tecnología enfocada en sectores productivos, así como la capacitación de los trabajadores es vital para que México compita en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y pueda incrementar los salarios en el país.

Las bases para lo antes mencionado se encuentran asentadas en el nuevo capítulo y anexo laboral que contiene el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, además de las disposiciones para el sector automotriz, las cuales pueden incentivar la capacitación de personas para operar en segmentos de alta tecnología, así como la inversión y el uso más intensivo de esta para la fabricación de bienes y atención de servicios.  

De acuerdo con Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores y jefe negociador del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá del actual gobierno, el país debe invertir más en investigación y desarrollo, por lo que considera fundamental que el gobierno federal, mediante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) encuentre mecanismos para ingresar recursos que sirvan de incentivo proporcionados por la iniciativa pública y privada, por ejemplo, parques industriales aledaños a las universidades, investigación conjunta aplicada y sectores productivos, como el aeroespacial y el automotriz.  

México es uno de los países con menor inversión en tecnología y desarrollo como porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB), al estar por debajo del 1%, mientras que Estados Unidos destina más del 3% y China el 3.5%. 

A nivel de las empresas, no se ha implementado la tecnología correspondiente, no obstante, México debe invertir por lo menos el porcentaje que países como Estados Unidos y China destinan para investigación y desarrollo con el fin de poder competir con ellos, de acuerdo con Jesús Seade.

 Visión de sector privado

De acuerdo con Francisco de Rosenzweig, Presidente del Comité de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio Americana (AmCham, capítulo México), la inversión del sector privado debe ir acompañada de políticas públicas del gobierno mexicano, estadounidense y canadiense, lo cual junto con la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá permitirá un mayor crecimiento económico y oportunidades para emplear y capacitar a operadores en segmentos de alta tecnología.

Además, De Rosenzweig afirma que a partir de lo que se construyó con el TLCAN, México se ha convertido en una potencia de manufactura de alta tecnología. Un claro ejemplo de lo anterior está en los procesos de producción automotriz, autopartes, acero y textil, en donde hay cada vez más inversión en tecnología, robots y maquinaria que tiene la necesidad de contar con operadores especializados.

Por todo lo anterior, Oradel Industrial Center ofrece a empresas internacionales la construcción de naves industriales a la medida de sus necesidades tecnológicas.